Me siguen

jueves, 14 de octubre de 2010

La vieja del viento



Se balanceaba una hoja en la rama del ciprés...
La rama seguía su ritmo...
La hoja se desprendía, planeaba, giraba....  en su giro se topaba con otra hoja... juntas bailaban un baile de a dos...
Otras hojas se desprendían de sus ramas, planeaban, giraban... y se unían a la danza....
No había mucho para hacer esa mañana...

-Mire doctora...
-Sí, se levantó viento...
-Ya viene...
-Una tormenta...?
-No, ella...

No era otoño... los nuevos médicos habían llegado al pueblo... no conocían ciertas historias del lugar... y de sus habitantes...

-Quién es ella...?
-La vieja del viento...
-Ah... seguramente es una vieja fea, de pelo gris y nariz con verruga, con hojas arremolinadas sobre su cabeza... jaja
-No se ría doctora... cuando las hojas comienzan a girar así, es porque ella llega...
-Debe ser muy liviana si la trae el viento...
-No doc, el viento no la trae... ella es la que trae al viento...

Ramona estaba por parir... las nueve lunas habían pasado ya, pero aún no había contracciones... estaban preocupados, quizás tengan que realizar una cesárea...
-Preparemos el quirófano, Ramona va a cesárea esta tarde...
-No doctora, espere... si ella llega, seguro que Ramona tiene parto normal....
-Si ella llega...? quién...? una comadrona...?
-No, ya le dije... la vieja del viento...
-Ah... sí... igual prepará el quirófano, no se puede esperar mucho más...

La danza de las hojas comenzó a ser más ligera... giros y contragiros... rápidas se alzaban en un remolino y abruptas caían para volver a girar...
-Cierren la ventanas...!!!
-La puerta de atrás....!
-Revisen la claraboya del piso de arriba, esa siempre queda abierta....!
-Traben todo bien fuerte... rápido... ya llega...
Enfermeras, asistentes, camilleros, cocineras... todo el personal del pequeño hospital corría, cerraba puertas, trababa claraboyas y ventiluces, cerraban ventanas...
-Ya está acá...

Parada en la puerta del frente apareció de golpe una pequeña mujer de semblante pacífico, cabello blanco y unos extraños ojos grises...
Al traspasar la entrada, su cabello, que volaba, cayó suavemente sobre sus hombros....
Afuera las hojas continuaban revoloteando, como esperándola...
Ella no venía a atenderse... ella nunca tenía nada... ella sólo pasó a saludar a Ramona...

Se llevó el viento, las hojas y el olor a tierra seca...
Esa tarde no hubo cesárea...
Esa tarde nació Brisa, de parto normal, piel de aceituna, cabello renegrido y unos extraños ojos grises...

Reina

Dibujo: Viento
Autor: ?

14 comentarios:

  1. Una abuela así hubiera querido yo.
    Se iban a enterar los otros niños...

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Mágico, Reina.
    Letras rebosantes de magia.

    Otro abrazo inmenso

    SIL

    ResponderEliminar
  3. Yo conoci a una hija de la Vieja del Viento... Era una sirena... Le gustaba saborear helados de turron...

    Aquello sucedio en los tiempos de nuestros antepasados...

    ResponderEliminar
  4. Toro... que llamo a mi abuela si no me dejan jugar....!!! jaja
    Un beso

    ResponderEliminar
  5. Sil... ayer me contaron otras cosas de la misma mujer... asombrosas... quizás para otra historia...!
    Un beso

    ResponderEliminar
  6. Antiqva... ya me la estoy imaginando... hay una localodad en el sur que se llama Las Grutas... hermoso lugar para una sirena de tiempos pasados...jaja
    un beso

    ResponderEliminar
  7. Es muy lindo Reina. Yo no me animo con nada ante tanta originalidad y belleza

    ResponderEliminar
  8. Nora... gracias... no es para tanto... hay que animarse... todo se puede...
    Un beso

    ResponderEliminar
  9. Ay, te voy a torturar con una historia mía.

    Mi segundo hijo tenía que nacer el 10 de enero. El 5 yo ya sentía molestias, pero supuse que tenía mucho que ver con la ansiedad. ¡Vamos! Yo ya había pasado por un parto y sabía perfectamente bien como eran las contracciones.
    Mi vecina, que siempre vivió en el campo, me sugirió que fuera a controlarme "porque había tormenta". Por supuesto, no la oí.
    A la tarde, las molestias eran mucho más importantes y fui a ver a mi obstetra. No tenía dilatación, así que aprobó mi teoría de la ansiedad y nos reimos un rato de las creencias campesinas.
    Volví a casa. La tormenta era cada vez más grande y la insistencia de mi vecina también crecía.
    A la nochecita fui de nuevo a ver a la doctora, porque ya estaba preocupada.
    Me dejó internada solo por precaución, porque seguía sin dilatación.
    A las 10.55 pm pasa por mi habitación para despedirse hasta el otro día, y justo en ese momento la tormenta de viento y lluvia terminó de desatarse. Ella salió corriendo a resguardar su coche en algún estacionamiento y cuando quedo sola con mi marido, zas, rompo fuente. A las 11.15 pm había nacido Manuel.
    Y ya no me caben dudas que lo trajo el viento.

    El viento y la enfermera, porque la doctora estaba en la cochera :S

    ResponderEliminar
  10. Malena... creemos que la creencias populares no tienen fundamento, quizás porque nadie sabe explicarlas, sólo pasan de generación en generación sin saber por qué... pero en algún momento comenzaron y ahí es donde está la respuesta... lamentablemente el viaje en el tiempo aún no es realizable... jaja
    Y no me torturás... me encantan las historias...
    Bienvenida a mi casa

    ResponderEliminar
  11. ufff que cuentazo!
    me fascina la literatura fantástica... para mi lo es, espero que si.
    y a mi gusto. Con esta mágica historia diste en el clavo.
    Te felicito por el logro.
    (También me encantó - la pesadilla del consultorio ja y un diez y medio (10) para el "encuentro" en el bar)
    Sigo.

    ResponderEliminar
  12. metz... veo que estuviste de recorrida por el blog... jaja
    Este cuento tiene su parte de fantasía y su parte de realidad... la del consultorio es casi 99% real... y el encuentro en el bar el día de lluvia, es pura fantasía... pero podría ser real... jaja
    Un beso

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

pececitos