Te llevaste mi corazón
nada
nada
nada más
que un hondo
y profundo vacío
en el alma
donde resuenan
aquellas dulces palabras
que me decías
y que tanto
me gustaban escuchar...
Cada vez
las oigo más lejos...
Cada vez
el vacío duele más...
Devuélme mi corazón
necesito sentirlo latir...
Estoy muriendo
sin corazón....
estoy muriendo
sin tí...
Reina
Uf! qué tristeza, amiga. Espero que sólo sea momentanea.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, Emilio, ya pasó... ya no hay tristeza profunda ni vacío, ya no...
ResponderEliminarMe viene a la memoria aquella frase o verso de Tagore: "No llores porque el sol se ponga o tus lágrimas no te dejarán ver las estrellas"...
ResponderEliminarEl otoño es el preludio del invierno y antesala de la nueva vida, de la primavera. Todos tenemos un otoño en el que curar nuestras viejas heridas. A veces el morir es el volver a vivir, acabar para volver a empezar. Solamente la esperanza nos mantiene en pie y nos hace mas fuertes en nuestro otoño. un abrazo, Manoel Xosé.
Morir para volver a vivir... pero hasta cuando...!
ResponderEliminarSiempre es bueno leerte Manoel.... Gracias por tus palabras de esperanza...