Cuando leí este cuento de Miguel, estaba lloviendo...
Una profunda tristeza llenaba mi alma...
La lluvia la acompañaba.... esa lluvia que fue nuestra....?
Después de leerlo le dejé este comentario...
"Uno de estos días.... voy a llevarme este cuento a mi blog...
Uno de estos días.... cuando decida que por fin ha llegado el final de las lluvias...
No antes... quizás aún pueda volver a llover........"
ReinaPero ni siquiera esa lluvia fue nuestra...... no hubo nada que fuera solamente nuestro......
O quizás es que simplemente no hubo nada....
Quizás sea el tiempo de olvidar las lluvias y salir al sol...
Hoy hay sol y empezaron a florecer los jazmines...
O quizás es que simplemente no hubo nada....
Quizás sea el tiempo de olvidar las lluvias y salir al sol...
Hoy hay sol y empezaron a florecer los jazmines...
Éste es el cuento... que lo disfruten....
Reina
Al final del arco iris
Mientras jugaba con el cable del teléfono hablamos del paso del tiempo. Retorcía el cable nerviosamente, como si contorsionándolo lograra calmar en algo el nerviosismo que me producía el hecho de volver a escuchar su voz e inmiscuirme en la bruma del tiempo. Interrumpí para decirle lo que había visto. Vi lo mismo -me respondió. Una profunda emoción comenzó a recorrerme hasta el punto tal que no pude contener las lágrimas. A su vez, percibí que a ella le pasaba lo mismo.
- Después de haberlo visto –le dije- recordé todos nuestros momentos juntos. Los días sentados en el parque, las meriendas en el restaurante de la otra cuadra, las charlas entre ambos tendidos en la cama mirando el techo, la nada.
- Me pasa igual –respondió. Aún hay imágenes muy nítidas en mi mente. No somos… lo que pensábamos estar destinados a ser: de la mano, juntos, sonriendo, envejeciendo. No. Ahora somos esto. Que tampoco es malo, pero es lo que ha decantado.
Decantado. Palabra gruesa, áspera, que indica borra, sedimento, acción de un filtro invisible e implacable.
Su voz se notó quebrada.
La mía compungida.
Supongo, y es una suposición más desde el querer que por lo que pude percibir, que ambos teníamos un nudo en la garganta producido por una profunda congoja.
- Cuando lo vi sentí que fuimos como él, que aparece en un instante y desaparece al final de un intervalo de tiempo. Y atrapa, e impide ver el resto del mundo. Hoy lo seguí con mi vista –comenté con voz pausada.
- Me entristece que no vamos a compartir el viaje que cada uno debe tomar para llegar allí –dijo finalmente arrastrando cada palabra entre intervalos diminutos de silencio.
En ese instante pensé que si pudiera caminar sobre el haz de un arcoíris tarde o temprano llegaría a algún sitio. Un lugar que desconozco, que está del otro lado. El lado oscuro que no se suele ver, pero que estando allí, deja de ser oscuro, se convierte en luminoso y hace que los recuerdos vuelvan a ser vívidos y los sueños posibles.
Colgamos el teléfono. Un profundo silencio invadía ahora la habitación donde me encontraba. Ya no llovía, el trinar de los gorriones explicaba un mejor clima, un viento húmedo y fresco se colaba por el ventanal. Respiré profundo, olía a geranios húmedos. Evoqué los bonitos tiempos vividos con ella. Pensé que ya no volvería a llover durante ese día, que era el final de las lluvias, el comienzo de un nuevo cambio.
Me ha gustado el cuento.
ResponderEliminarY no me gusta sentirte tan melancólica.
Mira hacia adelante.
Besos.
Toro... es una hermosa forma de expresar el modo de cerrar una historia, sin peleas ni resentimientos, sin culpas ni culpables... solo el final del tiempo de las lluvias...
ResponderEliminarNo es melancolía... no me gusta estar triste... quiero salir de esto pero me está costando más de lo que creía... y a esta altura de mi vida me quedan pocas fuerzas... :(
Quizás ahora que llega el verano el sol me alumbre el camino hacia adelante...
Un beso grande
Hola reina:
ResponderEliminarTe seguí desde el blog de SK, y me encontré con un mundo lindísimo, además de muchas actividades poéticas. ¡Estupendo!
Te invito a visitar mis blogs. Me encantaría que pasaras.
Me hago tu seguidora, encantada.
Un cariño!
El cuento es perfecto.
ResponderEliminarHay vivencias que duran lo que un arco iris... y tienen esa misma belleza efímera.
La analogía es sublime.
Beso a Miguel.
Y a Ud, Mi Reina.
SIL
Leer este cuento en tu blog significa (si es que cumpliste con la promesa) que decidiste que los días de lluvia terminaron.
ResponderEliminarMe alegro. Y que al final del arcoiris te espere la felicidad.
Susana... me alegr amucho que te guste mi blog... aunque está algo triste, por no decir que mucho... ya cambiará... eso espero...
ResponderEliminarChusmetié algo hace un rato... prometo pasar con más tiempo...
Un beso
Sil... creo que lo importante es poder encontrar el lado bueno a cada cosa... hasta el de una relación que terminó... y guardar un buen recuerdo en lugar de un resentimiento...
ResponderEliminarMiguel es un gran escritor...!!!!!!
Un beso grande
Malena... no prometo lo que no puedo cumplir...! esa es una consigna que sigo a muerte....!!
ResponderEliminarPero sigue lloviendo en Buenos Aires y no puedo manejar el clima... :(
Nada es definitivo... todo cambia, día a día... esto también cambiará... sólo habrá que darle tiempo...
Un beso grande