En cada cultura y en cada región, según el hemisferio, la latitud y longitud.... hay leyendas populares que describen distintas figuras en la Luna.
Los mares y tierras altas de la Luna permiten ver distintas formas según la fase o la inclinación de la Luna en su camino por el cielo.
Una de las más conocidas es el hombre de la Luna, donde algunas formaciones de la superficie lunar permiten imaginar los ojos y la boca de una cara cuando la Luna está llena.
Se han visto también diversos animales en la Luna, el más difundido es la liebre o el conejo.
Otros animales presentes en las leyendas lunares son el escarabajo, la lechuza, el murciélago, la araña, la serpiente, la rana, el zorro, la vaca, el perro, el lobo, el gato, el oso, distintos pájaros, el jaguar y el león.
También hay otras figuras tales como el Beso en la Luna, muy famosa... dicen que son dos amantes... a mí me parecen un león y un perrito.... jaja
También podemos ver el tango en la luna, una pareja bailando el tango apasionadamente...
Hay distintas imágenes que la gente dice ver en la luna... otra muy famosa es la de una señora con sombrero, no pude hallar esa imagen... pero fundamentalmente la imaginación es la aliada principal...
En el hemisferio sur la posición de la luna es diferente...
Cuando yo era niña, desde el patio de mi casa solía mirar la luna... yo no veía parejas bailando el tango, ni caras, ni liebres ni conejos...
Mi imagen era una gran mesa... de esas de madera maciza de los castillos medievales... y en la cabecera se alzaba una gran silla de alto respaldo con adornos... yo imaginaba que era la silla del rey Baltasar... el rey moro... nunca estaba sentado en ella pero yo no me cansaba de mirar la luna llena esperando verlo... esperando a mi rey moro...
Si la luna llena coincidía con la noche de reyes el espectáculo era completo...
Esta es mi luna... y mi imaginación prodigiosa... jaja
Este año no habrá luna llena el 5 de enero... tendremos una noche bastante oscura... recién estará llena para el 19...
Recuerdo una noche de reyes cuando era pequeña... quería ver el rostro de mi rey Baltasar... ese que siempre me traía los mejores regalos, bien envueltos, con grandes moños y tarjetas con mi nombre, aún cuando todavía no sabía leer...
Habré tenido unos ocho o nueve años cuando decidí pasar la noche despierta para verlo...
Cumplí el rito... galletas y tres vasos de agua en la mesita cercana a la chimenea... pasto y agua en el patio para los camellos... y me fui a la cama... cerré los ojos y me hice la dormida...
Mi hermanita dormía en la cama de al lado cuando escuché los primeros ruidos de papeles... la desperté...
-Llegaron los reyes- le dije en voz muy baja- pero no hagas ruido, vamos a espiarlos...
Juntas nos asomamos por la puerta entreabierta...
La campana de la chimenea era de cobre... la luz de la luna llena entrando por la ventana la hacía brillar...
Y ahí estaba... mi rey moro... todo iluminado por la luna colocando los regalos en la chimenea de cobre...
Pudimos ver perfectamente su rostro...
Nos miramos asombradas entre nosotras... sonreímos... cerramos la puerta sigilosamente para que no nos escuchara... e hicimos un pacto...
-No vimos nada- le dije
-No vimos nada- repitió obediente mi hermanita
Volvimos a la cama y dormimos hasta la mañana siguiente con una gran sonrisa en el rostro...
No volvimos a verlo colocando los regalos... quizás porque nos escuchó y tomó recaudos los siguientes años... quizás porque ya conocíamos su rostro y dormíamos tranquilas sabiendo que nunca nos fallaría...
Aún hoy, cada noche de reyes recuerdo a mi rey moro, la chimenea de cobre y el reflejo de la luna iluminando su rostro...
Reina
Pintura: El rey y la luna
Pintora: Margarida Cepeda
Con imaginación todo es posible verdad?
ResponderEliminarBesos.
Sabes, amiga, yo suelo estar con mucha frecuencia "en la Luna"... Tiendo a ello de manera inexorable...
ResponderEliminarMe extraña que yo no haya salido en alguna de esas imagenes...
Un abrazo, Reina
Historias dulces grabadas en la memoria de la infancia son como tesoros,verdad...?
ResponderEliminarCreer es una forma de sobrevivir.
En cuanto a la magia de la luna, con su venia, Reina mía...
LA LUNA (1)
Cuenta la historia que en aquel pasado
Tiempo en que sucedieron tantas cosas
Reales, imaginarias y dudosas,
Un hombre concibió el desmesurado
Proyecto de cifrar el universo
En un libro y con ímpetu infinito
Erigió el alto y arduo manuscrito
Y limó y declamó el último verso.
Gracias iba a rendir a la fortuna
Cuando al alzar los ojos vio un bruñido
Disco en el aire y comprendió, aturdido,
Que se había olvidado de la luna.
La historia que he narrado aunque fingida,
Bien puede figurar el maleficio
De cuantos ejercemos el oficio
De cambiar en palabras nuestra vida.
Siempre se pierde lo esencial. Es una
Ley de toda palabra sobre el numen.
No la sabrá eludir este resumen
De mi largo comercio con la luna.
No sé dónde la vi por vez primera,
Si en el cielo anterior de la doctrina
Del griego o en la tarde que declina
Sobre el patio del pozo y de la higuera.
Según se sabe, esta mudable vida
Puede, entre tantas cosas, ser muy bella
Y hubo así alguna tarde en que con ella
Te miramos, oh luna compartida.
Más que las lunas de las noches puedo
Recordar las del verso: la hechizada
Dragon moon que da horror a la halada
Y la luna sangrienta de Quevedo.
De otra luna de sangre y de escarlata
Habló Juan en su libro de feroces
Prodigios y de júbilos atroces;
Otras más claras lunas hay de plata.
Pitágoras con sangre (narra una
Tradición) escribía en un espejo
Y los hombres leían el reflejo
En aquel otro espejo que es la luna.
De hierro hay una selva donde mora
El alto lobo cuya extraña suerte
Es derribar la luna y darle muerte
Cuando enrojezca el mar la última aurora.
(Esto el Norte profético lo sabe
Y tan bien que ese día los abiertos
Mares del mundo infestará la nave
Que se hace con las uñas de los muertos.)
Cuando, en Ginebra o Zürich, la fortuna
Quiso que yo también fuera poeta,
Me impuse. como todos, la secreta
Obligación de definir la luna.
Con una suerte de estudiosa pena
Agotaba modestas variaciones,
Bajo el vivo temor de que Lugones
Ya hubiera usado el ámbar o la arena,
De lejano marfil, de humo, de fría
Nieve fueron las lunas que alumbraron
Versos que ciertamente no lograron
El arduo honor de la tipografía.
Pensaba que el poeta es aquel hombre
Que, como el rojo Adán del Paraíso,
Impone a cada cosa su preciso
Y verdadero y no sabido nombre,
Ariosto me enseñó que en la dudosa
Luna moran los sueños, lo inasible,
El tiempo que se pierde, lo posible
O lo imposible, que es la misma cosa.
De la Diana triforme Apolodoro
Me dejo divisar la sombra mágica;
Hugo me dio una hoz que era de oro,
Y un irlandés, su negra luna trágica.
Y, mientras yo sondeaba aquella mina
De las lunas de la mitología,
Ahí estaba, a la vuelta de la esquina,
La luna celestial de cada día
Sé que entre todas las palabras, una
Hay para recordarla o figurarla.
El secreto, a mi ver, está en usarla
Con humildad. Es la palabra luna.
Ya no me atrevo a macular su pura
Aparición con una imagen vana;
La veo indescifrable y cotidiana
Y más allá de mi literatura.
Sé que la luna o la palabra luna
Es una letra que fue creada para
La compleja escritura de esa rara
Cosa que somos, numerosa y una.
Es uno de los símbolos que al hombre
Da el hado o el azar para que un día
De exaltación gloriosa o de agonía
Pueda escribir su verdadero nombre.
No te digo quién lo escribió, tenés...medio segundo para decirmelo jajajajajaja.
Quereme igual.
La culpa es tuya, esas fotos me pudieron.
:DDDDDDDDDDDDDDDDD
Besos mil
SIL
Está contado de una manera muy linda Reina. Inevitablmente nos lleva a los lectores a recordar las experiencias propias con los Reyes Magos. No voy a caer en la tentación de contar las mías solo te digo que yo siempre he visto en la luna un carro tirado por bueyes o algo así y esto me recuerda que hace mucho que no me fijo si el carro sigue ahi y eso es lamentable
ResponderEliminarQue tengas un muy buen año
Besos
Toro... la imaginación es lo que mueve al mundo, sin ella hasta el amor sería aburrido... ;)
ResponderEliminarUn beso grande
Antiqva... yo también... quizás nos encontremos por allá arriba alguna noche... ;)
ResponderEliminarDebe haber alguna imagen de algún egipcio también, el catálogo no es del todo completo...;)
Un beso grande
Sil... Sil... Sil... Te quieroooo.... jaja
ResponderEliminarLa culpa siempre es mía... ya estoy acostumbrada a eso... me pasa por andar siempre en la luna...;)
Rescato esta parte:
"Ariosto me enseñó que en la dudosa
Luna moran los sueños, lo inasible,
El tiempo que se pierde, lo posible
O lo imposible, que es la misma cosa."
La magia existe y creo en ella... aunque a veces me olvide... ;)
Un beso enorme...!!!
Nora... sólo es mi recuerdo... todo es verdad...
ResponderEliminarAhora estamos sin luna pero a aprtir de la mitad de enero no te olvdes de mirar si ese carro sigue ahí... nunca dejes de mirar la luna...
Un beso grande