Me siguen

jueves, 12 de febrero de 2009

La última curda




Lastima, bandoneón,
mi corazón
tu ronca maldición maleva...
Tu lágrima de ron
me lleva
hacia el hondo bajo fondo
donde el barro se subleva.
¡Ya sé, no me digás! ¡Tenés razón!
La vida es una herida absurda,
y es todo, todo tan fugáz
que es una curda, nada más!
mi confesión.

Contame tu condena,
decime tu fracaso,
¿no ves la pena
que me ha herido?
Y hablame simplemente
de aquel amor ausente
tras un retazo del olvido.
¡Ya sé que te lastima!
¡Ya sé que me hace daño
llorarte mi sermón de vino!

Pero es el viejo amor
que tiembla, bandoneón,
buscando en un licor que aturda,
la curda que al final
termine la función
corriéndole un telón al corazón.

Un poco de recuerdo y sinsabor
gotea tu rezongo lerdo.
Marea tu licor y arrea
la tropilla de la zurda
al volcar la última curda.
Cerrame el ventanal
que quema el sol
su lento caracol de sueño,
¿no ves que vengo de un país
que está de olvido, siempre gris,
tras el alcohol?...

Orquesta Aníbal Troilo
Canta: Edmundo Rivero
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