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viernes, 27 de febrero de 2009
Laberintos
Un laberinto es un lugar formado por calles y encrucijadas, intencionalmente complejo, para confundir a quien se aventure a entrar en él.
Se los llama PERDEDEROS.
Podemos recorrer el camino correcto que nos llevará directamente a la salida o uno incorrecto y nos perderemos en vías muertas sin escape.
Dicen que el secreto de todo laberinto es ir siempre hacia la derecha… o hacia la izquierda… bueno, lo importante es ir siempre para el mismo lado, seguir hacia delante sin cambiar de dirección y se hallará indefectiblemente la salida…
Los laberintos están llenos de zonas oscuras, zonas donde nos aguardan sorpresas que, no por desconocidas, deben ser siempre malas…
En la prehistoria los laberintos dibujados en el piso servían quizá como trampas para los espíritus malevolentes o como rutas definidas para danzas rituales.
En varias culturas el laberinto también es asociado a ritos de iniciación que implican la superación de alguna prueba.
Durante la época medieval el laberinto teocéntrico simbolizaba el duro camino hasta Dios con una sola entrada, el nacimiento y un centro claramente definido, Dios. En el Renacimiento pierden el centro: la persona es el centro.
En los últimos años ha habido un resurgimiento del interés por el símbolo del laberinto, lo que ha inspirado una construcción de muchos de ellos en los parques. Los hay diferentes de diferentes formas y caminos, con o sin centro, virtuales, reales, de piedra, de setos, redondos, rectangulares, etc.
“… sigo el odiado camino de monótonas paredes que es mi destino. Rectas galerías que se curvan en círculos secretos al cabo de los años” J.L. Borges
En la actualidad hay quien utiliza los laberintos como instrumentos de meditación. Los giros y vueltas hacen que el visitante pierda conciencia del mundo exterior, alcanzando un estado mental relajado, libre de diálogo interno.
La vida es como un laberinto… Hay quienes tienen vidas sencillas, donde todo sale bien, donde nunca se encuentran obstáculos o vallas, lo que se llama “vidas perfectas”.
No sé si quiera esas “vidas perfectas” me saben a aburridas…
Hay quienes tienen vidas muy complicadas llenas de obstáculos y bifurcaciones donde hay que tomar decisiones siempre…
Por cuál camino seguir ? el seguro, el predecible ? o el arriesgado, ese en donde no sabemos qué pasará, pero lo que sí sabemos es que no hay retorno y allí nos esperan los más horribles monstruos o las más maravillosas aventuras.
Si la vida es un laberinto, el camino no es único y el centro del laberinto, aunque sea solo uno, no es inmóvil.
Porque según el camino que elijamos también cambiará la meta, ya que aunque lo que nos espera al final no es otra cosa que nosotros mismos y eso no puede cambiarse, del camino que tomemos dependerá cómo es la persona que encontremos al final.
“El que sólo busca la salida no entiende el laberinto, y aunque la encuentre, saldrá sin haberlo entendido” J. Bergamín
Reina
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